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¡NUESTRA SALUD DEPENDE DE LA PROPAGANDA COMERCIAL!

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¡NUESTRA SALUD DEPENDE DE LA PROPAGANDA COMERCIAL!

 

Por: Prof. MSc. Reynel A. Llanes Belett

 

En general la propaganda crea vínculos emocionales entre el producto y el consumidor, e incluye regalos, concursos y competiciones. Pero lo peor de todo es que la inmensa mayoría de los productos publicitados, no reúnen los parámetros mínimos indispensables para una adecuada nutrición, lo cual redunda inevitablemente en deficiente salud. 

 

El mayor vehículo de promoción de alimentos nocivos es la televisión, a la que están  expuestos excesivamente a ella, los ciudadanos y sobre todo, los niños, que tienden a querer consumir las marcas que anuncian en ella.

 

Según una investigación de la Organización Panamericana de la Salud (2012), “Los niños de todas las regiones de las Américas están expuestos a la publicidad invasiva e implacable de alimentos de bajo o de ningún valor nutricional, ricos en grasa, azúcar o sal”,

 

Uno de los factores que más influyen en los malos hábitos alimenticios en esta franja etaria es la publicidad de productos de bajo valor nutritivo, tales como cereales para el desayuno ya azucarados, dulces, helados, sodas y otros productos salados, así como comida basura… que “llenan” la barriga y dan la sensación de saciedad, pero que no suplen las necesidades nutricionales básicas.

 

Otro método publicitario de impacto es cuando con el pretexto de actividades filantrópicas en las escuelas, las empresas de alimentos no saludables aumentan su poder de domesticación con bonitas palabras, excelentes videos y plegables y sobre todo muchos regalos para los niños por supuesto regalos que consisten en los m ismos productos “alimenticios”.

 

Investigaciones realizadas en Brasil han arrojado como resultado que estar ante la tele más de dos horas diarias influye en el aumento del índice de masa corporal en los niños. Y un informe de una agencia de encuestas de mercado señala que en el Brasil, en Argentina y en México el 75 % de las madres con hijos de 3 a 9 años opinan que la publicidad influye en las peticiones de los niños en la compra de alimentos (en el Brasil hasta un 83 %).

 

Según un informe del Ministerio de Salud (2008), durante un año, en el Brasil, más de cuatro mil comerciales de alimentos fueron pasados en televisión y en revistas, de los cuales el 72 % se referían a alimentos no saludables.

 

En el Brasil la reglamentación vigente obliga a colocar advertencias en los comerciales de alimentos, aunque Abia, el principal consorcio industrial de alimentación del país, se rehúse a cumplirla. Esa empresa obtuvo un laudo garantizando la no aplicación de las nuevas reglas, por lo que la decisión final depende ahora de la Justicia

Por su parte en el Reino Unido está prohibida en la televisión la propaganda de alimentos no saludables. Irlanda limita la presencia de celebridades en dicho tipo de anuncios y exige el uso de notas explicativas. España desarrolló un código autorregulatorio y restringe la utilización de celebridades y la distribución de productos en el mercado.

 

Basta con mirar a nuestro alrededor para verificar que nuestros niños (menores de 16 años), así como los mayores de edad, presentan una elevada tasa de obesidad y dolencias crónicas relacionadas con la nutrición, como la diabetes y problemas cardiovasculares.

 

La Organización Panamericana de la Salud recomienda que sean anunciados sin restricción los alimentos naturales, los que no llevan edulcorantes, azúcar, sal o grasa, tales como: frutas, vegetales, granos integrales, lácteos sin grasa o con bajo contenido, pescado, carnes, huevos, frutos secos, semillas… Y en cuanto a bebidas, el agua potable.

 

Es necesario, pues, que las familias y las escuelas dediquen esfuerzos a la educación nutricional de los niños. Por ejemplo exhibiendo anuncios comerciales en las aulas y debatiendo sobre ellos. De esa forma se crearía un distanciamiento crítico ante el producto y un mayor discernimiento por parte de los consumidores.

 

De igual forma loas instituciones de salud y los profesionales de este ramo, deben ser portadores de valores nutricionales adecuados para toda la sociedad.

 

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