Marcha de las antorchas
La Marcha se realizó por primera vez en la medianoche del 27 de enero de 1953, para esperar el advenimiento del centenario del natalicio de José Martí, en la etapa de la dictadura batistiana, una de las más trágicas y sanguinarias de la vida cubana. La persecución, los actos criminales, los asesinatos hacia los jóvenes dispuestos a cambiar el estatus político, económico y social de la Isla, se hacía cada vez más insoportable. Ante tanta crueldad injusta de la tiranía, la FEU y otras fuerzas revolucionarias de la nación, crearon condiciones para rendir tributo al Maestro y lo hicieron, pese al reiterado permiso denegado.
La peregrinación se desarrolló desde la escalinata de la Universidad de la Habana hasta la Fragua Martiana. Las banderas cubanas en manos de las compañeras universitarias y de la segunda enseñanza iniciaron el desfile, seguidas por el ejecutivo en pleno de la FEU. Las mujeres martianas, que constituían un grupo numeroso, cogidas de brazo hicieron acto de presencia. Un grupo de más de quinientos jóvenes impecablemente formados que iban detrás de Fidel se destacaban en la peregrinación. A los gritos de: ¡Revolución!, ¡Revolución!, sobresalían las voces de ese grupo que, como un torrente resonante hicieron vibrar a un pueblo que rendía tributo al hombre de La Edad de Oro. Algunos de estos jóvenes participaron después en el asalto a la esperanza, en los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
Al llegar a la Fragua Martiana, José Machado Rodríguez; pronunció un discurso que llevó a los presentes a corear: ¡Libertad!, ¡Libertad! El resumen a cargo del Presidente de la FEU, refirió la significación del acto con que comenzaba la celebración del Centenario Martiano, y terminó expresando: “...por esto resulta lógico que el estudiantado, la juventud toda, combata con todas sus fuerzas a la dictadura que nos oprime...”. Pese a la represalia latente en la época, la marcha no fue interrumpida por los soldados del Ejército. No quedó otra alternativa que reconocer el gran homenaje al hombre que inspiró con sus ideas la obra de la Revolución cubana. Entraba así, a la historia cubana, la Generación del Centenario.